Calor
Serie Vinculo de Sangre Libro 4
Amy Blankenship, RK Melton
Traducido Por Alicia Diaz
Copyright © 2012 Amy Blankenship
Segunda Edición Publicado por TekTime
Todos los derechos reservados.
Micah estaba descansando en la cama envuelto en tantos vendajes que empezaba a parecerse a una momia. No pudo evitar sonreÃr suavemente mientras la señora Tully cloqueaba a su alrededor como una mama gallina y de vez en cuando negaba con la cabeza. Ãl tampoco se estaba quejando por la cantidad de analgésico que ella habÃa metido en su brazo. Se podÃa ver en el espejo del tocador al otro lado de la habitación y comenzó a arquear una ceja, pero decidió no hacerlo cuando le dolió al instante.
Ya le habÃan asegurado que Anthony estaba muerto, pero no podÃa evitar desear que el hombre lobo alfa todavÃa estuviera vivo para poder torturar al bastardo de la misma manera en que lo habÃan torturado. La historia que le contaron habÃa sonado como una muerte rápida. Ãl no lo habrÃa hecho rápido.
"Creo que ustedes los cambia-formas van a terminar siendo mi muerte", exclamó la Sra. Tully suavemente. Los cambia-formas... ambos, jaguares y pumas, tenÃan un punto suave en su corazón. Ella habÃa entregado a todos y estaba muy cerca de su madre. "Solo mira la forma en la que te metiste."
Micah hizo un puchero al techo sintiéndose mareado cuando el ventilador de techo daba vueltas y vueltas. "No fue mi culpa que me secuestraron y torturaron."
La señora Tully le golpeó suavemente en la frente con la punta de los dedos. "Disiento a diferir, joven Skywalker. Si las historias que escuché son verdad, te enfrentaste a ese horrible hombre lobo y eso es lo que te secuestró."
"¿Entonces estás diciendo que traje esto por mi cuenta?" Micah exigió, ignorando las sonrisas de las otras personas en la habitación.
"No interrumpan a sus mayores", la señora Tully regresó con una mirada severa. "No he terminado. Como estaba diciendo... te enfrentaste a ese perro mestizo y tengo que decir que era algo que debÃa haberse hecho hace mucho tiempo."
Micah miró deliberadamente a Quinn con una sonrisa de 'te lo dije'. Ãl no estaba listo para perdonar a su hermano. HabÃa advertido a Quinn sobre Anthony y le habÃan dicho que se retirara. Esperaba que el hermano mayor estuviera feliz porque ahora no podÃa ponerse de pie.
"¡Deja eso!" La señora Tully gruñó y le dio una bofetada en la parte superior de la cabeza.